C.M. GR-33

C.M. GR-33

viernes, 7 de septiembre de 2012

CCC By David Mundina

Viernes 31 de Agosto, día señalado durante mucho tiempo en mi calendario montañero, 7:15h de la mañana y ya estamos en camino hacia la plaza del Mont Balnc de Chamonix Sonia y yo para coger el bus que nos llevará hacia Courmayeur, pueblo italiano donde tomaremos la salida de nuestra carrera, la CCC.

Llegamos a Courmayeur y buscamos una cafetería para cumplir con nuestras últimas necesidades y vaciar depósitos, minutos antes de la salida recibimos un mensaje de la organización: “Salida a las 10 de Courmayeur, condiciones invernales por encima de 2000 mtr de altura, frío, viento, nieve. Carrera sin Tete de la Trounche y sin Tete au Vent”… pues nada, a sacar los chubasqueros de la mochila, los guantes y el gorro y a ponérselo uno encima…

Nos dirigimos al cajón de salida, y allí estamos cuando a falta de pocos segundos empieza a sonar la música que tanto tiempo llevaba soñando escuchar en ese sitio en directo, el clamor de los corredores va in crescendo mientras empieza una gran cuenta atrás, los pelos de punta, la piel de gallina… y arrancamos!!!
Empiezo un callejeo por el bonito pueblo, ambiente fantástico y yo que sigo en mi nube, aún con los acordes musicales en mi mente, pero nada más lejos de la realidad, ya que las primeras rampas de subida me hacen bajar de mis pequeño sueño en un plis, empezamos una subida de unos 6 km que nos hace alcanzar los primeros metros de desnivel positivo y que hace estirar a las 1800 personas en fila india, comienzo con muy buenas sensaciones y adelantando a mucha gente mientras busco estabilizar mi animado pulso por el impresionante ambiente de inicio.
Llego al primer control de paso en 48’27” en la 78º posición, y comienzo un descenso bastante peligroso por que parecía una pista de patinaje, ya que había empezado a llover y la primera nevada del día ya había hecho acto de presencia.


Sigo encontrándome cómodo con mi ritmo y mis sensaciones, y en 1h36’ hago acto de presencia en el siguiente control de paso, en el Refuge de Bonatti, he remontado varias posiciones hasta colocarme el 69º de la general, salgo bien, el trazado continua por unos km de llaneo hasta llegar a un pequeño descenso que nos lleva al control del refuge de Arnuva, y a partir de aquí empiezan mi pequeña odisea, el terreno empieza a ponerse mucho más peligroso debido a la acumulación de barro que hay en la senda, por momentos no se puede ni correr, ya que parezco un patinador artístico, o mejor dicho, un pato intentando hacer patinaje… y ya a pocos km de llegar al refuge, mis piernas deciden emprender camino cada una por un sitio, haciéndome perder el equilibrio y notándome un fuerte pinchazo en mi rodilla derecha, me levanto, me quedo unos segundos con la mente en blanco e inmóvil por el susto, mis pulso se ha elevado y mis piernas se han bloqueado… de ahí hasta el refugio voy a ritmo muy bajo y con un gran miedo en el cuerpo, pierdo posiciones, aunque creo que ni soy consciente, ya que mi mente solo esta pendiente de como va a responder mi rodilla..

Llego al refugio, cogí el teléfono y llamo a Xari, le cuento lo que me ha pasado y que mi mente ha dado un cambio de chip muy fuerte, no quiero sufrir, y la carrera está para eso, me anima y me dice que si estoy así que lo deje, que lo primero es la salud, me van pasando por la mente toda mi gente, no quiero dejarlo, y entonces llamo a Sonia, me dice que esta cerca de llegar al control donde estoy yo, y decido esperarla para intentar seguir con ella, a ver si entre los dos nos podemos animar y poder terminar.

Llega Sonia al control, y a partir de ahí empieza una carrera nueva para mi, donde mi objetivo es poder terminar, y intentar ayudar a Sonia a hacer una buena general, salimos del control y empezamos la temida subida al Grand Col Ferret, empezamos a pasar gente, poco a poco se van notando los efectos del antiinflamatorio que me he tomado en el control y aunque no estoy del todo cómodo con mi rodilla, al menos me deja ir a ritmo bueno, coronamos el Grand Col Ferret con un fuerte viento y nieve e iniciamos el
descenso hacia la Fouly, el terreno no está para muchos alardes pero conseguimos superarlo bastante bien.
De la Fouly a Champex-Lac nos viene una zona con un ligero descenso hasta pasado un bonito pueblo suizo llamado Praz de Fort, una vez allí iniciamos una senda por dentro de un bosque lleno de figuras talladas en los mismos troncos de los árboles, observar tales obras de arte nos hace la subida más amena.
De Champex-Lac hasta el refuge de la Bovine teníamos una dura pero preciosa subida, primero por una senda con continuos bloques de piedra para ya en los últimos km convertirse en un extenso prado, como no, todo nevado.

Al llegar al refuge de la Bovine, recordé que Xari nos había dicho que si cambiaban algo del recorrido, en el punto donde nos encontrábamos ahora, nos hacían subir una montaña bastante fuerte llamada Martín, y ahí que yo, con mis dotes de “chico de pueblo”, me dirigí a la chica que había de la organización y le dije: “Please madame, Martíni?” (Señalando el perfil), a lo que la buena señora suiza se me queda mirando atónita y me contesta: “cofee, thé… Martíni, no!!!”… yo muy educado y sacando mi extenso vocabulario replico: “Siguplé, martíni, martíni!!!” haciendo aspavientos señalando el perfil de la carrera, y ella me repite: “Martíni? Rosso o Bianco?...”, os podéis imaginar la cara que se me quedo, y después de girarme y ver que Sonia estaba por los suelos meándose de risa, decidimos desistir y continuar, viendo que mis dotes de lengua extranjera han de ser un propósito de mejora en un futuro.


En el botellero portava "Martini"
De ahí a Chamonix teníamos un porrazo de km en un continuo sube y baja, con la lluvia de fiel compañera, y la nieve entrando en escena por momentos, con los huesos calados de frío, pasamos momentos duros y es en esos momentos, cuando a Sonia y a mi nos vinieron a la mente las imágenes de nuestros seres queridos, la voluntad la ponían nuestras familias, voluntad que nos daba poder seguir dando pasos uno tras otro, la tenacidad era cosa de nuestros amigos, esa tenacidad de estar subiendo rampas con las manos en las rodillas, en silencio y sintiendo tu respiración. La fuerza, la fuerza nos la daba Carlos, nuestro sobrino, que con el ímpetu de su juventud nos hacia alargar la zancada en los tramos llanos y que nos permitía saltar entre los charcos de lodo para llegar al final…
Chamonix, pisamos sus calles, giro la vista y veo que Sonia los ojos en lágrimas, y pienso que solo por eso ha valido la pena todo lo que hemos podido pasar… al cruzar la línea de meta, pararnos y mirarnos, sólo pudimos darnos un abrazo, dos corazones latiendo cerca, pero muchos más estaban latiendo lejos para que pudiésemos hacer realidad nuestro sueño.
Gracias a todos los que os habéis acordado de nosotros y habéis estado a nuestro lado, a mi equipo el GR33 por las muestras de apoyo, y a Juanan, por ser quien es y por siempre estar donde y cuando se le necesita.
El Trainner Juanan
Y a Sonia, que decir que ya no sepa, que este sólo es un pequeño camino recorrido del mucho que nos espera por recorrer.

Els nostres amics David, Sonia i Xari, tres campions !!!

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